Estando frente a la computadora con la idea de escribir sobre el decadente paso del tiempo que sigue tan vigente, me preguntaba si era demasiado pretencioso y auto conmensurable escribir sobre nosotros, sin palpitar en los sentimientos que inefables podrían entorpecer la objetividad con la que en un inicio se busco en este texto; sin embargo, a falta de plumas y en nuestro caso de dedos que tundan el teclado, desato lo que ocho largos y cortos años han dejado en mi y en mi resistencia, nuestra resistencia, la resistencia.

Dice el mito o realidad que las relaciones pasan por varias crisis en su andar, una a los 4 años, otra a los 7 y no recuerdo las demás, el caso es que establecimos un vinculo afectivo que en un inicio inspiro, emociono y sedujo de manera muy inconsciente el camino que estaríamos por recorrer, sin darnos cuenta en la gran responsabilidad que adquiríamos o bueno si, pero no la magnitud que desembocaría de ella, aun así, mas impulsados por una idea que por la realidad de ella, creamos Resistencia Radio, que exponiendo con honestidad el momento personal que vivía en aquel entonces; la traición, la vena contestataria, el hartazgo y el idealismo hicieron mella para gestar un formato de comunicación, una plataforma o un “medio” para poder difundir en esencia palabras y reacciones fuera de cualquier manipulación, alejados de tratos de compra venta, de favores y compromisos mal intencionados, todo con la bandera de la “libertad”, vocablo que enamoraría con sus encantos y que como toda relación llegaría a mostrarme los sinsabores de sus caprichos.

Siempre buscaba formas de darle legitimidad a el nombre, a las formas de trabajo, al logo, etc., no me daba cuenta que estaba formando un adicto, que hubo momentos que solo respiraba y transpiraba resistencia, aquí comienza la parte dramática de la historia, donde el Dr. Frankenstein es victima de las reacciones de su creación (claro, si podemos utilizar esa analogía).

Las buenas intenciones se asimilan con la transformación que van sufriendo las mismas, desde un escaparate para nuevas y diferentes voces, lejos de timbres y registros radiofónicos convencionales, contenido que pudiera reflejar sello de distinción sin frivolidades, participación estudiantil para experimentar la formación del oficio, camino para bandas y sonidos que reflejaran el momento musical que vivíamos, alternativa que pudiera arañar los estériles métodos del tradicionalismo mediático, que hoy lo tiene al borde de su extinción; todo eso era lo que en un inicio nos plantearíamos para poder ofrecer a nuestro consumidor; vaya que eramos inocentes, no sabíamos que tiempo después las ideas utópicas serian mancilladas por todas las aberrantes posiciones externas que enfrentábamos, no quiero sonar como el mártir de la web pero hago del conocimiento que tuvimos que librar múltiples batallas para diferentes adversarios.

Nuestro formato hasta la fecha, incomoda, escarba en cabezas sometidas, me gusta pensar que tratar de ser diferente ya es un acto subversivo y contestatario para un demográfico que no entiende que hay que cambiar para avanzar, ha muerto Bowie, ha muerto Cornell, se ha ido Aretha Franklin, los Smashing Pumpkings casi han reunido a la alineación original, Damon Albarn y Noel Gallagher tienen una buena amistad, tanto ha pasado en estos 8 años y somos afortunados en poder documentar desde nuestra trinchera; hoy el formato esta en manos de “nuevos viejos” (como registra el programa de David) y es que ahora se navega fuera de la caja, quizás ya no es necesaria y agoniza cada vez mas, “que bueno”, la realidad es que ellos fueron colocando cada clavo en su ataúd.

Quizas podemos decir que “no nos vamos” como muchos que han quedado en el camino y aquí seguimos para presentarnos de manera esporádica pero muy puntual, tratando que nuestro mensaje se replique por todos los caminos posibles, probablemente ahora en banderas ajenas pero siempre resonando para oídos libres, recuerda, si estas leyendo esto, tu eres la resistencia.

Come with me if you want to live…

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